

El velo finalmente se ha roto, esposo mio. El día que tanto temíamos ha llegado… Aquellos que quieren nuestro mal, los que quieren acabar con el amor de la Diosa madre y la fuerza del Dios astado, caminan hoy entre las sacerdotisas. Pues muchos de los nuestros han desaparecido y mucho me temo que no volverán. Avalón ya no es seguro, Oberon.
Y aunque mi corazón duele como atravesado por hierro solo de pensarlo, nuestra amada Madre Tierra ya no puede protegernos, quedarnos solo nos traerá más dolor a nosotros y a las nobles mortales que nos dan cobijo. Ha llegado el momento, amado mío. Implorare una vez más a Madre y Padre, para que a través de mi fluya el poder de la ley de lo triple y de este modo crear nuestra propia isla. Pues aquí corremos peligro incluso nosotros.
Deseame suerte, mi Rey. Pues, no me importa el precio, mi único anhelo es que nos dejen ser.
✿⪼Reina Mab⪻✿

Historia
“Un nuevo hogar, un nuevo comienzo para todos.”
Cuando los cazadores de la luna sangrienta, consiguieron infiltrarse en la sagrada Avalón, las criaturas mágicas dejaron de estar a salvo. Y es que, no hacía falta indagar mucho para, imaginar lo que podría haber sucedido a aquellos que habían desaparecido sin dejar rastro.
Ante este problema al que las sacerdotisas no podían hacer frente, el Rey Oberon y la Reina Mab hablaron con la Dama del lago, junto ella discutieron durante semanas como poder solucionar aquella situación, pues Oberon comenzaba a clamar sangre y La Dama del Lago no quería arriesgarse a acusar a ninguna de sus sacerdotisas. Así pues, fue Man quien por su propia cuenta decidió que, si Avalón ya no podía ser un lugar seguro para sus súbditos; ella misma invocaría el poder de la Diosa Tierra para,mediante la ley de lo Triple, canalizar a través de su propio cuerpo el poder de la gran madre y hacer emerger de las aguas, una isla gemela a Avalón.
La tierra se sacudió, el cielo se estremeció y en el océano, una nueva isla emergió consumiendo casi todo el poder de Mab.
"Gaia"
Fue la única palabra que salió de sus labios, poco antes de perder por completo el conocimiento, cayendo en un profundo sueño del que la reina de las hadas parecía no poder despertar jamás. Todos los seres mágicos lamentaron el estado de Mab, pero al menos aquello había funcionado, se les había concedido la oportunidad de un nuevo comienzo, un nuevo hogar lejos de los hombres y su codicia. Tan solo los seres mágicos de Avalón atravesaron el portal sin ningún testigo de su marcha. Pues, nadie podía ver ni por nada que pudiera delatar el paradero de "Gaia". Y así una vez más, las hadas abandonaron a la humanidad.
Por desgracia, cuando llegaron a Gaia, observaron algo que arremetería contra sus esperanzas. Pues si, Gaia era la gemela de Avalón. Pero, una gemela deslucida y carente de vida, pues su tierra era rocosa, árida e infertil. Parecía que el sacrificio de la reina Mab había sido en vano, pues nada podía crecer ahí. Los súbditos de los reyes de las hadas lloraron alrededor de su reina dormida. Sus lágrimas y sus llantos la bañaron por completo, por desgracia, esto tampoco sirvió de nada, pues ella no despertó. Bajo el reinado de Oberon, las criaturas mágicas intentaron adaptarse a su nuevo hogar, sobrevivir como mejor pudieran, construyendo sus casa en la fría roca, además de levantar un santuario donde Mab podría seguir su eterno sueño. La vida no era fácil en Gaia, y pronto, muchas criaturas perdieron su poder y simplemente de marchitaron hasta morir. Muchas otras, se corrompieron y comenzaron a atacar a sus congéneres para robarles su magia y vivir unos días más.
Frente a la decadencia de los suyos, y que su reina no despertaba nunca, el Rey Oberon, no podía hacer otra cosa que llorar día y noche en el reposo de su amada, rogando al Dios y la Diosa por que ella despertase y por un remedio para sus súbditos. Lo que no podía imaginar, que sus ruegos acabaría por obtener respuesta en forma de una planta que brotó del vientre de Mab. Pues en sueños el.dios y la.diosa hablaron con él. Solo debía tomar la planta, plantarla en el acantilado más alto para que, de este modo el sol y la luna lo alimentasen siempre con su luz. Oberon así lo hizo y creció un hermoso árbol cuyos frutos eran de dos tipos; luminoso y oscuro.
De ellos surgieron las criaturas que salvaría Gaia. Los lukrak, hijos del bosque, nacidos del poder directo de la Diosa triple y el Dios astado. Ellos fueron los que con su poder, convirtieron la moribunda isla en un radiante vergel, más resplandeciente de vida que incluso la propia Avalón. Fue entonces, cuando la vida inundó cada rincón de Gaia que, la reina Mab, por fin despertó de su profundo sueño.